Beautiful Child II

julio 23rd, 2014

-Ahora que ese momento está más lejos que nunca, o al menos más de lo estaba hace un tiempo, he empezado a darle vueltas a cómo seré como padre. La verdad es que la idea lleva rondándome un tiempo, pero todo se disparó algo más cuando vi un vídeo-regalo que le hizo la hermana de I. por su cumpleaños, en el que salía su sobrina cantándole el cumpleaños feliz. Es una niña la mar de graciosa y el vídeo es de lo más bonito que he visto en mucho tiempo… Tienen mucha suerte tanto mi amigo como su hermana… :)

El caso es que, sin tener ningún concepto en el que basarme, sé que algún día voy a ser un buen padre. Quizás porque en mi infancia he sido feliz con los padres y el hermano que me «tocaron», aunque siempre me hubiera gustado que mi padre estuviera algo más cercano a nosotros. Esa buena experiencia, a esas edades, tiene que dejar un poso para el futuro. Al menos, mi palmera me ha argumentado varias veces que lo que sucede durante la infancia, las relaciones que tenemos, tienden a marcar la personalidad y la forma de relacionarnos que tenemos de mayores. Yo en ese sentido estoy muy contento y doy gracias por ello.

La cuestión de los niños nunca puede programarse; hay muchos factores que pueden influir en la familia que vas a fundar. Pero a mí siempre me ha atraído la idea de tener un par de niños/as (no tengo ninguna predilección, por supuesto -serían, fueran lo que fueran, los más guapos/as del mundo siendo míos, está claro-). Además me gustaría que no tuvieran mucha diferencia de edad entre ellos. Mi hermano y yo nos llevamos cinco años y la verdad es que creo que es el límite al que me gustaría llegar. De esa forma es más fácil que compartan gustos e intereses, que crezcan juntos y que se ayuden, como lo hicimos nosotros. Aunque como decía, en todo esto ni hay programaciones ni hay sólo una opinión. Hay que ver lo que piensa la otra parte con la que compartiría la tarea de ser padres… Pero por ahora, como estoy yo sólo, no tengo con quien polemizar y acepto estas teorizaciones del futuro como si fueran mi particular cuento de la lechera.

¿Y qué me gustaría que quedara de mí en mis niños? Es difícil. Para empezar me gustaría que fueran tan curiosos como su padre. Que siempre quieran aprender. Que nunca se aburran. Luego, que sean honestos y nobles, aunque a veces duela cómo se comporten las personas con gente con esa sensibilidad. Que sean protectores, pero hasta cierto punto, que sé que demasiado es malo… También que fueran creativos: que pinten, que escriban, que toquen un instrumento, lo que sea… Que amen la música como la amo yo… Lo de Batman, de momento, lo dejaremos aparte… :)
Si es un chico, que tenga mis huesos anchos, ¡como los carballos! ¡No queremos tirillas en la familia! :) Si es chica, que tenga la bondad de su abuela… Pienso mucho en eso… En que me queda poca familia que puedan conocer si algún día llego a tenerlos… Es un poco triste… Por eso tengo que suplir esa carencia siendo el mejor padre del mundo… Y contarles cómo eran todas esas personas que ya no estarán allí para recibirles… :)
Pero si hay algo que me gustaría que tuvieran, serían mis ojos. Creo que definen mucho como soy, y es la herencia de la parte de mi familia a la que estoy más arraigado. Aunque si la madre los llega a tener más bonitos, le cederé el sitio con todas mis alabanzas. :)

Habrá que esperar. Mucho, me temo. Pero es bonito pensar en estas cosas… Algún día… Tener unos niños bonitos… Como su padre… Y como su madre, claro… Va a ser genial… :)


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