Ten years gone

noviembre 9th, 2023

Diez años ya del naufragio…

A veces pienso en la cantidad de palabras que hay escritas en esta bitácora (nunca mejor dicho para el post de hoy) y que solo me sirven a mí como exorcismo. Si las hubiera invertido en novelas, ya llevaría dos o tres acabadas… Pero es algo que necesito dejar en algún sitio. Liberar mi mente…

Cómo pasa el tiempo… Hace ahora diez años de aquel viaje a Málaga que pretendía que fuera un abrir de ojos y un punto de inflexión… Ver que las cosas podían ser de otra forma, sin tanto sufrimiento… Demostrar con la experiencia vivida en aquel octubre de silencio que nuestras vidas merecían otra forma de ver las cosas… Pero me encontré el conato de lo que luego se convertiría en un naufragio que no esperaba…

Viéndolo con la perspectiva del tiempo, quizás todo había conducido a eso lentamente, pero yo era un ciego loco… El capitán de ese barco que quiere ser el último en abandonarlo… Y a día de hoy sigo embarcado en él… Hundido en las profundidades pero saludando desde la cubierta… Con las esperanzas puestas en que un cambio es posible, cuando en el casco tiene un agujero del tamaño de mi cabezonería…

Recuerdo que a los pocos días se anunció que Arcade Fire venían de concierto a Barcelona y en una de las últimas llamadas C. me dijo que tenía que estar contento por ello, pero yo no podía pensar en eso teniendo el agua entrando por todas partes… También tocó la ceremonia de recogida del diploma de la carrera y ese fue uno de los primeros momentos en los que el abismo se vio aún más profundo. Porque no me había planteado ir sin otra persona que no fuera ella, y ahora ya no la tenía… Tuve que acudir a mi padre, con quien por aquel entonces aún seguía en guerra… Y la verdad es que recoger el diploma ante él, sé que fue uno de los momentos más importantes de su vida, y también de la mía… Fue una de las pocas veces en que vi a mi padre emocionado, escuchando que hablaban de lo aplicado que había sido su hijo durante los estudios de manos de otros compañeros. Me pidió que posara con el birrete para hacerme una foto y, aún a día de hoy, esa foto es con la que aparezco como contacto en su móvil…

Nuestras vidas ya no son las mismas (y hablo por mí, aunque seguramente la suya también ha cambiado radicalmente)… Nos habrán pasado muchas cosas, habremos tenido sustos importantes y alegrías… Pero hay algo ahí enquistado que sigue pidiendo a gritos que hay otras formas de mantenernos unidos, aunque no sea de la forma que fue… Yo la sigo teniendo presente en mis días… Y es una pena no poder hacer nada por retomar el contacto cuando ella se cierra en banda a hacerlo… Yo tampoco lo intento, porque sé que a ella le molestaría, pero he estado tentado a hacerlo, sobre todo desde aquella última conversación que se desquició sin sentido hasta las tantas de la madrugada… Otras formas son posibles… Desde el sosiego… Somos ya mayores… Pero hasta I. me dice que ni se me ocurra… Habrá que seguir esperando a que sea ella la que dé el paso… Y quizás espere una señal toda una vida y no llegue… Pero yo seguiré con los brazos abiertos desde las profundidades…

Hoy tengo fiesta… Esto de ser madrileño de adopción por cuestiones laborales convierte este tipo de días en algo especiales y raros… Fuera está nublado y ha llovido esta madrugada… Y yo quería aprovechar para volver a retomar esa novela que llevo tiempo teniendo en mente… La escaleta está lista, que ya es mucho, pero creo que aún le faltan por pulir algunos puntos… Va sobre alguien a quien nunca se olvida y sobre alguien que quiere ser olvidado… Esa pretende ser la dedicatoria si algún día llega a publicarse… Quiero presentarla para el premio de la UPC, si llego a tiempo. Por eso quiero retomarla ya y dedicar los meses de diciembre-enero-febrero-marzo para la escritura… No va a ser fácil, pero estoy motivado a intentarlo. A excepción de Teatime, que está escrita en una libreta desde hace años y que no creo que salga nunca, esta va a ser la primera novela como tal…

Ojalá no pasen diez años para tenerla escrita al fin… Ánimo, tú puedes… :)

https://www.youtube.com/watch?v=DBzuYNK95sM

How Not To Drown

enero 5th, 2023

En una tarde-noche como esta de hace veintiún años nacía este teatrillo… Eso me lleva a reconocer el grave error que fue no acudir el año pasado para celebrar el vigésimo aniversario… La verdad es que estas fiestas, desde hace mucho, han perdido parte de su magia para mí, y supongo que el año pasado debía estar ocupado ordenando los vinilos en las estanterías nuevas para mantenerme ocupado, o algo parecido…

Es una de las formas en las que me mantengo a flote cuando las cosas no acaban de ir todo lo bien que me gustaría… Me dedico a cualquier tarea que tenga mi mente centrada en un objetivo lo más alejado a los problemas que me tienen intranquilo… No es una técnica de escapismo, porque el problema va a seguir ahí hasta que no se le ponga solución de alguna forma, pero al menos me permite disfrutar por un momento de algo y sentirme aliviado…

En veintiún años han cambiado muchas cosas. Recuerdo aquella noche la ilusión que me hizo subir los ficheros y ver que toda la programación que había preparado en local seguía funcionando subida al servidor. En aquellos tiempos todo iba a pedales y estaba labrado en piedra; todos estos adelantos de hoy en día eran un sueño por ver realizado, y no hablemos de los móviles y lo que se puede hacer ahora con ellos. Entonces todo era artesanal, necesitaba una elaboración, como buen guiso, pero el resultado era muy gratificante…

Este aniversario se une a otro que tiene dos caras de una misma moneda, mi vida… Es el décimo aniversario de la gran caída, del final de una preciosa historia conjunta, y también de los diez años de mi primera publicación en papel… Los dos sucesos son del todo complementarios. En los tiempos de aquella primera publicación no podía olerme lo que iba a pasar, pero cuando sucedió y me rompí, uno de los consejos que recibí de MJ, mi palmera, fue que me centrara en la escritura. Que volcar mis emociones sobre papel me ayudaría a avanzar… Y creo que, junto a su trabajo como buena palmera y varios litros de lágrimas derramados por mi parte en las sesiones, la cosa funcionó… Y de esa carrerilla al punto en el que me encuentro hoy, he podido vivir momentos maravillosos gracias a la escritura, y espero tener muchos más por experimentar… No me puedo quejar en absoluto: de empezar publicando en libros de un grupo de escritores aficionados de pueblo y en editoriales que estaban más preocupados en que publicaras con ellos pagando, he llegado a publicar en alguna de las editoriales más chulas (entre las pequeñas), viajar y presentar charlas en varios eventos, conocer a compañer@s de escritura con l@s que compartir experiencias y que me valoran (algo que es importante, se quiera o no), y a participar en antologías junto a escritor@s de primera línea (como la que llegará el mes que viene y que es todo un premio)…

Claro que diez años dan para mucho, y podría haber conseguido más cosas, ganar grandes premios y hacerme un nombre… Pero este tiempo también me ha hecho más sabio, y he aprendido lo que quiero y lo que no… Y, por supuesto, no quiero ser un esclavo de las redes sociales ni de los grupos falsos, algo que juega en contra de mi popularidad y de una golosa lluvia de palmaditas en la espalda e invitaciones en proyectos… Yo no juego en esa división. Me gusta conseguir las cosas por méritos propios, no por caer simpático a ciertos colectivos o pandillas de escritores. En ese sentido, sigo siendo un náufrago, pero un náufrago feliz… Ilusionado con las nuevas travesías que quiero emprender este año…

Los planes son esas cosas que uno tiene rondando en la cabeza durante mucho tiempo y que en muchas ocasiones se acaban fastidiando, pero eso no es excusa para no intentarlos una tras otra vez… Por eso, ya es hora de escribir esa dichosa novela para presentarla a algún concurso donde la valoren objetivamente y no por quién pueda ser… También de montar la web de autor de una vez, con la ayuda de I., que menos mal que se ofrece a echarme una mano, o si no sería incapaz hoy en día, con lo que ha cambiado todo esto… Y de recuperar mi radio, ahora que la tecnología hace mucho más factible que pueda llevarla a cabo y que me he comprado un artilugio mágico para montarla en condiciones… Solo es cuestión de tiempo, como todo… Espero que el día a día no termine con ellos y que al menos alguno de los muchos que tengo en mente vea la luz…

El 2022 fue un año de encallar en islotes… Fue una pena que cerrara la empresa donde me reconvertí en lo profesional y en la que dejé buenos compañeros… Pero después de la incertidumbre que eso genera y de unas cuantas semanas de insomnio, no me puedo quejar… La nueva empresa supone un reto constante y un aprendizaje que nunca acaba, y eso es muy importante para mí. Es una de las conclusiones de la anterior etapa: hay que seguir en constante evolución, y no acomodarse por muy bien que te encuentres en un sitio… Vivimos tiempos cambiantes, hay que saber adaptarse… Y en eso ando… Capeando el desconocimiento con ganas y con fe… Y, de momento, ese cocktail parece estar funcionando… Y sigo adelante…

¿Dónde me lleva toda esta parrafada? Me devuelve a estas tablas donde se respiran aires de nostalgia de la bonita… De la ilusión que tenía en una noche como esta de hace veintiún años cuando, con un ordenador cortito y una conexión con hilos, me imaginaba tener mi propio hogar en una nube… Y es algo que conseguí… Y me trajo muchas otras alegrías…

Ojalá, veintiún años después, vuelvan esas sorpresas… Por mi parte, mantendré la ilusión y la esperanza…

Sometimes you can’t make it on your own

mayo 22nd, 2022

Debería estar escribiendo un relato que tengo comprometido y que estoy procrastinando demasiado… Pero últimamente no tengo la cabeza para muchas cosas… Imagino que es porque se ha juntado todo eso que está rondando en estos días alocados que estoy viviendo, y la incertidumbre no me deja centrarme realmente en lo importante, respirar y esperar a ver cómo evoluciona todo… Estoy seguro de que esta función va a ser de lo más caótica y que cuando baje del escenario, ni yo mismo sabré por qué he subido. Pero hoy he tenido la necesidad de vaciar mi mente, y este siempre ha sido el lugar para hacerlo. Un teatrillo que una vez tuvo un respetable público, pero que hoy vive en la penumbra y solo resucita en contadas ocasiones.

Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que subí aquí, que hasta me han cambiado las tablas y las vigas de las bambalinas pero, si algo he aprendido -y me temo que tendré que seguir aplicando-, es que el cambio está siempre ahí, a la vuelta de la esquina, al acecho para asaltarte cuando ya te habías acostumbrado a una realidad que te parecía cercana a la felicidad…

El otro día celebramos el cumpleaños de mi padre… Mi yo de hace años no se creería que acudiera a una comida con la gente con la que me tuve que reunir, pero así son las cosas… Ha cumplido 74, una cifra que a él no le debe quita el sueño, pero que a mí empieza a preocuparme… Por suerte, su salud es de hierro, pero últimamente me ha atravesado la mente que algún día va a faltar… Y que, cuando eso pase, mi hermano y yo vamos a quedarnos solos para siempre… Yo, si el futuro no cambia, no podré tener hijos… Y mi hermano, por lo que parece, no lo ha conseguido… Así que nos tendremos el uno para el otro hasta el final de nuestros días como el único vínculo de sangre de nuestra familia… Y me entristece que esto vaya a ser así… Pero no hay nada que pueda hacer al respecto… Solo mentalizarme de que ese tipo de final es el que se acerca poco a poco… ¿A quién voy a dejar mi legado? ¿Quién sabrá valorar mi colección de vinilos como se merece? ¿Quién me recordará cuando ya no esté?

El que parece que ha recibido una maldición gitana soy yo… Desde lo del esguince de Todos los Santos parece que no levanto cabeza… Ni siquiera el tobillo se ha recuperado del todo y ya creo que me va a quedar esa secuela para siempre… Pero si eso no era suficiente, esos dolores raros que me vienen me tienen algo intranquilo. No se lo cuento a nadie para no contagiarles, pero cuando notas que algo es diferente a lo que has experimentado hasta ahora, te asustas… Todavía queda medio mes para acabar con las pruebas y ver qué narices pasa… Lo que sé es que soy buen paciente, y que pienso obedecer todo lo que me digan los médicos para recuperar lo que he perdido… Por lo pronto, la aplicación para beber agua me está ayudando mucho… Me parece increíble que, bebiendo toda el agua que ya bebía antes a diario, ahora tenga que beber aún más… Por suerte, al menos en eso estoy mejorando… 3 litros al día me parecen una odisea, pero estoy en ello… Pronto voy a poder chapotear en mí mismo…

La última broma ha sido la cuestión laboral. Hasta hoy he vivido una época dorada… De mucho aprendizaje y buen ambiente, de vislumbrar un futuro que me planteé cuando me rompí hace casi 10 años (10 años, madre mía) y de una tranquilidad que debo agradecer a mis jefes por todo lo que nos ofrecieron, incluso cuando acabó la pandemia… Pero, por desgracia, esa misma pandemia ha resquebrajado esa torre de marfil que estábamos construyendo entre tod@s… Y, aunque la situación es peliaguda, realmente no es el miedo lo que me invade en estos momentos, sino la incertidumbre… El volver a empezar en otro sitio y saber si voy a encajar, si seré capaz de cumplir con lo que se espera de mí, si este no será otro inicio por el que algún día subiré de nuevo aquí para contar un final abrupto de mi aventura en ese nuevo destino… La edad te hace buscar la estabilidad, y estos terremotos a los que la vida te somete no son precisamente ese tren al que quieres subir… Pero, como decía al principio, el viaje en este tren no te asegura que la locomotora pegue algún frenazo y te estampes con el asiento de delante… Y en eso estamos…

Por si todo eso no hubiera sido suficiente para traerme aquí a volcarme en estas tablas, esta mañana, cuando volvía de hacer la compra de la semana en el coche, he escuchado a Patrick Watson en la radio…

El día ha tenido otras formas de traerme de nuevo a C. Nunca se va, realmente. Siempre está ahí. Más de lo que ella debe imaginar. Pero hay días en que las cosas se retuercen hasta extremos infinitos para insistir en ello…

Por la mañana me había propuesto limpiar de una vez las butacas del Ikea que compramos cuando volvimos de Granada, aquellas que tanto nos gustaron en aquel retiro forzado que me pilló en condiciones parecidas a las de ahora… Todo fue porque vi un remedio para blanquear telas en Google Now mediante el percarbonato de sodio que venden en el Mercadona… Y al llegar y dejar la compra, me he puesto con un trapo y esos polvos disueltos en agua caliente a frotar una de las butacas, pero la verdad es que no ha dado buen resultado… La tela ha quedado áspera y las manchas amarillentas de la tela que se han quedado impregnadas durante todos estos años, no han salido… Por la tarde me he armado de valor y he desmontado una de ellas para sacar las fundas y probar en la lavadora… De rebote, me ha hecho gracia comprobar que, cuando las montamos, habíamos confundido dos tornillos, y habíamos metido un tornillo corto en lugar de uno largo en uno de los travesaños… Un error que ha estado allí todos estos años y que, con la suerte que estoy teniendo últimamente, me sorprende que no haya acabado conmigo en el suelo…

Me temo que meterla en la lavadora tampoco ha funcionado de todo… Aunque he acertado en poner el percarbonato y el jabón en los cajones correctos de la lavadora… Supongo que nunca se me dio bien la Química… Ni las químicas, por lo visto, si se me permite el chiste fácil… Mañana por la mañana intentaré poner la funda de la otra butaca con más percarbonato… A ver qué pasa…

Después del fracaso, en algún momento de la tarde, me ha aparecido un avisado de que su madre acababa de instalarse Telegram… ¿No os parece una broma? Primero que acudiera a mi mente lo de blanquear unas butacas que llevan siglos en ese estado, luego Patrick Watson, y finalmente eso…

No es la primera vez ni será la última que he estado tentado a escribirle a ella directamente o a alguien que pudiera decirme, al menos, si todos en su familia se encuentran bien y no han sufrido ningún percance de salud… Pero sé que eso solo haría que acrecentar la cólera que siente por mí, y por eso tengo que acabar tragándome mis aspiraciones y guardando la esperanza de que algún día caiga ese telón que me tiene castigado… Sinceramente, no creo merecerme este sufrimiento, y supongo que ella debe estar disfrutando de una victoria en una guerra que nunca ha existido… Pero de nada sirve mantener las puertas abiertas para dar un abrazo… Y mis días se limitan a preguntarme una y otra vez «¿qué hago?», «¿qué puedo hacer para cambiar esto?»… Y como cualquier solución que se me ocurre pasa por algo que supongo que la importunaría, al final todo queda en esa misma ciénaga por la que transita nuestras vidas… Un tiempo perdido que algún día me arrepentiré de haber dejado que creciera tan desproporcionadamente como lo hace… Son casi 10 años sin ella… Casi el mismo tiempo que vivimos nuestra historia… Y yo la sigo echando de menos, no solo para recibir sus consejos con el dichoso percarbonato…

No son buenos momentos… Sé que lo que siento no es depresión porque la viví aquella vez y no, no es eso… Quizás sea un poco de apatía… Y miedo por esas turbulencias que veo cerca… En estos momentos de flojera emocional prefiero no contar nada a nadie para no preocuparles. Por eso he creído que volver a esta pequeña casa de mi mente quizás me ayudaría a ganarme un pequeño respiro. Para reponer fuerzas también me acuerdo mucho de la fortaleza de mi abuela, que en tiempos de hambre, se recorrió el centro del país con sus hermanos, mendigando con una especie de circo ambulante en el que mi tío abuelo Manolo tocaba la trompeta…

Yo, salvando las distancias de lo que fueron aquellas terribles fechas que les tocaron vivir a ellos, hago algo parecido… Algo que realmente siempre he hecho: refugiarme en la música y esperar que pase el temporal… Un océano… Soy un océano… Soy lo que mi mantra canta…

So real

octubre 23rd, 2021

Acabo de soñar con C… Ha sido tan real… Yo estaba en mi antiguo piso y tenía que ir a hacer un examen (típico sueño de no haber acabado la carrera aún). Mi madre y mi abuela también estaban. Les decía que iría andando y que me llevaba unas galletas… Bajaba por las escaleras y me encontraba con gente con trajes EPI analizando el virus. Uno de ellos me decía que había unos individuos que les estaban molestando en su trabajo y yo me daba cuenta de que algunos tenían manchas de huevo en los trajes. Les decía que llamaran a la policía y él me contaba que tenía que llamar un propietario, pero yo tenía un examen y no me podía entretener… Al bajar me encontraba a los gamberretes negacionistas, pero no me hacían nada…

La escalera del piso se convertía misteriosamente en una escalinata ancha y exterior y había mucha gente sentada en ella, como si estuvieran esperando a poder subir al piso. Y al bajar los últimos escalones la veía, pero no estaba seguro de que fuera ella. Me ha pasado otras veces, en otros sueños o en la vida real cuando me he encontrado a alguien que se le parecía…

El cruce de miradas ha sido largo hasta que ella ha dicho «hola, sí soy yo…» y entonces se ha levantado y ha venido hacia mí. Me ha abrazado y yo me he puesto a llorar. Y de repente he pegado un salto en la cama y he despertado.

Me ha dado mucha rabia salir del sueño. Quería preguntarle tantas cosas… Y he intentado volver a dormir inmediatamente. Y lo he conseguido!!! Pero he vuelto al piso con mi madre, para decirle que no iba al examen porque no había podido estudiar antes de presentarme, cuando en realidad era por la impresión que me había causado el reencuentro… Y al ver que ha no he aparecido con ella, me he despertado…

Estoy escribiendo esto aún desde la cama, con la emoción del momento y torpemente con el móvil… A las 7:15 de un sábado no se puede pedir mucho… Cuando me he despertado no sabía ni en qué día estaba… Ha sido ya mucho conseguir esto, pero quería recordarlo para siempre… Otra vez, cara a cara… Ha sido tan real…

Don’t Give Up

marzo 16th, 2020

Van a ser días duros… Pero yo, al menos, he empezado el de hoy de la mejor de las formas… Al fin… No hay que rendirse…

Ship to Wreck

febrero 21st, 2020

Aquí vuelvo… Resucitando fantasmas…

Mi amiga G. me ha escrito esta tarde para decirme que S. la ha dejado… Ya la semana pasada me contó que las cosas no iban bien… Y mañana he quedado para comer con mi amiga A. porque está en una situación parecida… En este caso, algo que lleva repitiéndose desde hace más de un año… Patrones que se superponen… A G. ya la han bloqueado en todas las redes sociales… A. lleva días con las pastillas para poder dormir… Cosas por las que he pasado y que no han hecho más que avivar mi propia historia…

Parece que estemos condenados a repetir las mismas cosas una y otra vez… Nos empeñamos en destrozar unas preciosas naves que echamos al mar con mil ilusiones… Pero las tormentas acaban por despedazarlo todo y ni en el peor de los naufragios somos capaces de tener algo de humanidad y de respeto por lo vivido juntos… Parece que no haya otra forma de acabar una historia que a malas… Y me parece una pena…

¿Construimos nuestros barcos para estrellarlos? ¿Todo lo compartido fue una pérdida de tiempo? Yo nunca he creído eso… A pesar de las peleas y de todo lo malo, siempre creo que hay que valorar los momentos que te hacían estar junto a aquella persona y agradecer todo lo vivido en su compañía… Pero en la mayoría de ocasiones se tiende a todo lo contrario… A montar los cañones y a empezar una guerra absurda que no lleva a ninguna parte… A morir ahogados en nuestras propias lágrimas… Porque en estas situaciones se llora mucho… Yo lo hice…

Es tan difícil manejar estas cosas que uno no sabe qué hacer cuando hay personas a las que aprecias y que pasan por estas circunstancias… El único consejo que soy capaz de dar es «acabad bien»… Y me da pena que yo mismo, por lo que parece hasta ahora, no haya sido capaz de conseguirlo… Quizás sea por eso por lo que de vez en cuando pienso en cómo podría darle la vuelta a este silencio para poder tener una relación cordial… En si lanzar botellas al mar podría cambiar de alguna forma este mutismo absurdo en el que llevamos sumergidos todo este tiempo, condenados a ni siquiera poder felicitar las fiestas…

El único tiempo perdido no es el que vivimos juntos… El único tiempo perdido es todo este que estamos pasando sin poder desearnos ni los buenos días… Y cuando los años se conviertan en décadas, quizás lo echemos de menos…

Reconozco que es algo que me viene persiguiendo desde hace mucho tiempo… Es esa espinita clavada que no consigo quitarme y que vuelve a mi mente cada dos por tres… Y es una pena no saber qué hacer para salir a flote sin que nadie se sienta atacado y sin meter la pata… El perfecto campo de minas… Pero algún día hay que dar un paso si se quiere cambiar…

Necesitaba dejar esta parte de mí aquí para darle aliento a este espacio que, aunque lo parezca, no está muerto… Quizás haya sido por todos los recuerdos desenterrados por lo de estos días… O porque Facebook me haya recordado que hace cinco años que se me rompió aquella batidora con la que hacía mis primeros hummus… O porque hoy actuaba Patrick Watson en Barcelona…

Pero en toda esta oscuridad siempre se puede apreciar algo de luz… La primera vez que pude ver a Florence en directo fue uno de los conciertos más bonitos a los que asistí el año pasado, y la energía que desprende esta chica es capaz de acabar con las tinieblas… No podía elegir mejor compañera para entrar de nuevo en este viejo teatrillo… :)

Magic carpet ride

julio 3rd, 2019

Estos días por estas tierras me despierto justo cuando la otra parte del mundo se acaba de ir a dormir con esta canción… Con mucha ilusión y con mil calles por caminar… Hay tanto mundo por recorrer… Y aunque casi acabo de empezar el viaje, estoy seguro de que volveré aquí en un futuro…

No hay lluvia eternamente, y siempre hay paraguas que te ayudan a seguir dando pasos…


No surprises

diciembre 7th, 2018

– Parece una broma… Dos años sin escribir y justo algo de lo que puse anoche ha pasado hace un momento… Aunque no haya dormido mucho y me haya tocado venir a trabajar, el día ha mejorado considerablemente… ¿A quién no le gustan las sorpresas? :)

Ava Adore

diciembre 7th, 2018

– Aquí estoy otra vez… Resucitando cosas muertas… Ha pasado tanto tiempo y han ido sucediendo tantas cosas que casi había olvidado lo que se siente al volver aquí… Aunque siempre he dicho que esta será siempre mi otra casa… Una a la que siempre puedo volver para recordar lo que he vivido…

Ahora este teatrillo ya es solo mío, porque nadie, si no tenía la dirección anteriormente, puede encontrar la entrada. Es una decisión que tomé hace un tiempo, al utilizar un poco más mi twitter para las cosas de la escritura y no querer que cualquiera que me encontrara por ese motivo pudiera acceder a algo tan personal. Para eso ya tendrán mi blog de escritor, que espero tener listo algún día… El que este teatrillo quede oculto para siempre es algo que, en cierta forma, me da pena, pero que por otro lado me da más seguridad para poder expresarme libremente, sin miedo a lo que podría pensar alguien que se encontrara esto…

Hoy hace 14 años ya de lo de mi madre… Y aún me parece mentira… Y por mucho que me gusta resucitar cosas muertas, ella es lo único que no podría recuperar… Y no me acostumbro a no tenerla cerca… Aunque en el fondo sé que sigue estando conmigo y que ha ido viviendo todo lo sucedido desde que se fue… A veces me gustaría que apareciera de alguna forma… Que dejara una señal para saber que sigue ahí o para poder decirle todo lo que la echo de menos… Pero solo puedo conformarme con algún sueño de vez en cuando, en los que muchas veces vuelco mucha rabia por no poder hacer nada por salvarla… 

Seguro que, como mi abuela, se sentiría muy orgullosa de mí y de lo que he ido consiguiendo durante este tiempo… La debacle de hace cinco años fue muy dura, pero por suerte pude recuperarme y ahora, a pesar de no tener la felicidad al completo, me siento conforme con lo que tengo… Aunque soy ambicioso y querría seguir mejorando y conseguir más cosas… Ese es parte del descontento que hoy siento, puede que movido por el día que es… Y la razón por la que quería volver aquí…

Desde la última vez que vine he viajado más lejos que nunca… Lo hice a Islandia y a La India… También he aprendido a defenderme en mi nuevo trabajo, hasta el punto de estar a gusto en él… Y he publicado mis relatos en ocho libros más, uno de ellos incluso en solitario, en la editorial más importante a la que he podido acceder hasta ahora, y otro en formato audiorelato con bastante éxito… Pero no tengo suficiente… Me falta algo… Y esa es una de las cosas que en cierta forma me desespera… Porque sé que quizás nunca llegue a conseguirlo…

En este tiempo que llevo escribiendo a un nivel más profesional me he dado cuenta de que en este mundo gran parte de lo que se cuece, lo hace por amiguismos y peloteos… Y me da rabia y asco a partes iguales… Puedes ser muy original con tus ideas y escribir muy bien, pero si no le chupas el culo a una editorial o tienes una buena flota de palmeros que te aplaudan cada tweet o te reseñen tu último escrito, al final quedas diluido entre lo mediocre… Y ahí es donde creo que me encuentro yo… En un gran río (de fango) mediocre…

Sé que he mejorado mucho desde aquellos escritos del 2013, cuando ni siquiera me olía lo mucho que iba a cambiar mi vida por entonces… Y sé que aun así, tengo mucho por mejorar, cosa que me supone todo un aliciente… Todos los retos en lo literario que me he propuesto con cada concurso en el que he participado me han supuesto una buena prueba, y el conseguir un éxito en ellas me ha aportado unos momentos de felicidad que fueron vitales en ese instante para seguir respirando… Pero parte de de esa felicidad se esfuma al ver que alguien prepara una antología y que ha invitado solo a sus amiguitos para que aparezcan en ella… O que alguien se dedica a poner likes y mensajitos por doquier para dejar constancia de lo buenas personas que son y luego recibir así lo mismo cuando sacan su nuevo escrito… Seguramente, aunque éste no esté a la altura… Me parece patético… Y me fastidia que esa gente ascienda a una velocidad endiablada mientras yo sigo intentando despegarme del fango… Por eso he pensado muchas cosas… Desde dejar lo de la escritura a cambiar mi táctica y dejar las antologías de relatos a un lado… Estar en más de 20 creo que ya es suficiente… No sé aún qué voy a hacer, porque no he tomado una decisión clara… De momento, tengo que cumplir con una antología infantil a la que me han invitado (mi segunda invitación, y eso debería significar algo) y quiero acabar la novela corta que llevo arrastrando desde hace cuatro años…

Ese es otro tema que me lleva intranquilo… Me propuse empezar a ampliar el relato en el que está basada durante este mes, y aún no he escrito ni una sola línea… Porque ni siquiera tengo claro cómo voy a organizar ese texto del que parto para convertirlo en lo que debe ser, el texto más largo que haya escrito nunca (aparte del borrador de Teatime, que anda en una libreta, escrito a mano y con el último capítulo por escribir)… Le tengo mucho cariño a esa historia porque la empecé a escribir en Londres, un día que me fui a hacer la ceremonia del té solo… Encima, transcurre en La India, donde estuvimos este verano, y es en cierta forma ese tipo de señales que siempre vienen a mí para indicarme el camino a seguir… Solo necesito ponerme con ella… Encontrar el tiempo y empezar de una vez… Y ojalá consiga una historia que realmente suponga un punto de inflexión en mi carrera como escritor.

Los días se me hacen muy cortos… Paso dos horas a diario conduciendo y en el metro… Por suerte, aprovecho ese momento para leer con el Kindle (sí, ahora también vuelvo a tener un ebook por primera vez desde aquel que le regalé a C., y la verdad es que me va muy bien para hacer más soportables los trayectos y seguir aprendiendo)… Pero eso no impide que los días pasen volando y que al llegar a casa me dé tiempo a preparar el tupper y poca cosa más, porque el sueño es otro gran enemigo que me he ganado en este tiempo… Eso de levantarse a las 6:00 pasa factura a no ser que te atiborres de cafeína, y no pienso hacerlo a no ser que sea absolutamente necesario…

El caso es que hay cierta insatisfacción en todo eso, a pesar de que todo vaya bien… Quizás sea la dichosa «midlife crisis» que está empezando a llegarme… Es algo en lo que llevo pensando desde hace unos meses y que tampoco llevo del todo bien… Mi madre murió con SOLO 9 años más que yo… Y mis tíos, con los que me une una genética parecida, también murieron con edades parecidas… ¿Y si ese fuera el plazo de tiempo que me queda? ¿Cuántas cosas de las que me gustaría conseguir antes se van a quedar incompletas? ¿Cómo puedo hacer para conseguirlas antes de que sea demasiado tarde? Algo de ese miedo a que me pudiera suceder lo mismos que a ellos está ahí, latente… No había vuelto a tener miedo a morir desde aquella época hacia los 18 años, y ahora llevo unos meses volviendo a tener esas ideas, y pensando en el tiempo perdido, en los capítulos que quedarían por cerrar… En todo eso que moriría en mi cabeza…

Me acuerdo mucho de mi madre y de mi abuela… Con el tiempo he dejado de hacerlo a diario… Ahora se espacia más el recuerdo… Acuden a mí cuando hago algo en concreto que me recuerda a ellas o cuando tengo la suerte de soñar con ellas… También en las fechas, como no… Las Navidades nunca han vuelto a ser las mismas, aunque ahora haya aceptado todas las circunstancias que las envuelven en esta nueva realidad… 

También me acuerdo de C… Me da pena que no haya manera de volver a tener contacto de una forma más fluida y de todo este tiempo que estamos perdiendo. Pero por más que lo he intentado, ella sigue levantando sus muros en cuanto he querido proponerle una llamada o algo parecido. Parece que ahora es la chica más ocupada a este lado del planeta… Qué le vamos a hacer… Me costó semanas poder comentarle mi encuentro con aquella chica que se parecía tanto a su hermana, y fue con la excusa de que me felicitara por mi cumpleaños, pero al menos pude saber que todo le sigue igual de bien que el año pasado… Yo seguiré alegrándome por ella… Solo espero que algún día seamos capaces de poder vernos otra vez… No me gustaría dejar también ese capítulo abierto…

Y creo que para no haber escrito aquí en dos años, me he puesto al día de golpe… Es un día complicado y ni yo mismo tengo claro lo que siento en estos momentos… Diciembre se ha convertido en mi mes menos querido, y cuando le veo llegar, empiezo a notar las consecuencias… A veces he querido escapar de aquí y verme en un lugar diferente para no sufrirlo… Pero este año no he podido… Y me pesa… Muerde fuerte… Me contagia de esa negatividad de la que se impregnó hace años… Nunca podré olvidar el dolor de las Navidades del 2004… Ni de las del 2013… Pero intento sobrevivir a estos días como puedo… 

Es tarde y ni siquiera voy a repasar lo escrito… Es para mí y me conformo con que sea solo un borrador… Algo que me recuerde esta mezcla de satisfacción insatisfecha que tengo hoy… Y de esta tonta crisis que me está acompañando estos días… Y del miedo a que me quede poco y quede todo pendiente… Por suerte, sigo buscando refugio en mi música… Mi hermano y L. me hicieron un gran regalo con ese tocadiscos… Y aunque estos días se me ha acabado de morir uno de los altavoces que había resucitado, escuchar mis vinilos es uno de los pocos momentos que intento disfrutar en mi día a día… Si no me gana el cansancio o el sueño…

El disco para hoy estaba cantado… Siempre me recordará a mi madre…

Changes

octubre 6th, 2016

-A veces cumples un sueño y llegas a tocar la gloria un momentito… :_ ) Sigue así, vaquero…

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    Un monstruo viene a verme
    (Patrick Ness)

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